Hace muchísimo tiempo, en una ciudad llamada Babel, vivía un grupo de personas muy trabajadoras y talentosas. Juntos, construyeron casas hermosas y jardines llenos de flores. Pero un día, estas personas tuvieron una idea grandiosa.
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Dijeron: "Vamos a construir una torre que llegue hasta el cielo. Será la torre más alta jamás construida y todos nos admirarán". Estaban emocionados con la idea de construir algo tan extraordinario, y comenzaron a trabajar en la torre de inmediato.
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Reunieron ladrillos y los colocaron uno encima del otro, creando una torre que se elevaba cada vez más alto hacia el cielo. Todos trabajaban juntos con entusiasmo y alegría. Cantaban canciones alegres mientras trabajaban, y la torre crecía y crecía.
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Pero a medida que la torre se hacía más alta, algo extraño comenzó a suceder. Las personas que habían estado hablando el mismo idioma comenzaron a hablar de manera diferente. Ya no podían entenderse unos a otros. Las palabras que solían unirlos ahora los separaban.
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La confusión se apoderó de la construcción de la torre. Las personas intentaron comunicarse, pero sus palabras eran como un rompecabezas sin resolver. La torre, que antes se construía con rapidez y alegría, comenzó a llenarse de desorden y caos.
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Dios, desde el cielo, vio lo que estaba sucediendo en Babel. Sabía que las personas estaban tratando de construir una torre para demostrar su grandeza, pero lo estaban haciendo de una manera orgullosa y egoísta. Dios decidió enseñarles una lección importante.
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En lugar de castigar a las personas, Dios decidió hacer que hablaran diferentes idiomas para que no pudieran entenderse entre sí. Las personas se sorprendieron al escuchar idiomas extraños y no podían seguir construyendo la torre. Se dieron cuenta de que necesitaban aprender a comunicarse y trabajar juntas de una manera nueva.
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Entonces, las personas se dispersaron por todo el mundo, llevando consigo sus diferentes idiomas y culturas. Aprendieron a vivir en armonía y a apreciar las diferencias de los demás. A medida que viajaban y se encontraban con personas que hablaban diferentes idiomas, aprendieron a ser amables y a compartir sus conocimientos.
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