Había una vez un grupo de hombres y mujeres que eran amigos de Jesús. Después de que Jesús ascendió al cielo, se quedaron en Jerusalén, esperando lo que Jesús les había prometido: el regalo del Espíritu Santo.
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Pasaron diez días juntos, orando y recordando las enseñanzas de Jesús. Estaban emocionados pero también un poco nerviosos, porque no sabían exactamente qué esperar. Sabían que Jesús les había dicho que el Espíritu Santo vendría sobre ellos con poder.
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El décimo día, algo sorprendente sucedió. Estaban todos juntos en una habitación, y de repente, escucharon un viento fuerte que llenó la casa. No era un viento común, sino un viento especial que venía directamente de Dios.
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Luego, vieron lo que parecían lenguas de fuego que se posaban sobre sus cabezas. No les quemaba, pero los llenaba de un calor especial y una alegría indescriptible. Y entonces, ocurrió algo increíble: todos comenzaron a hablar en diferentes idiomas, idiomas que nunca habían conocido antes.
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Afueras de la casa, había muchas personas de diferentes partes del mundo que habían venido a Jerusalén para una fiesta llamada Pentecostés. Cuando escucharon el ruido, se acercaron y quedaron asombrados al escuchar a los discípulos hablar en sus propios idiomas nativos.
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Algunos decían: "¡Mira, estos hombres están hablando en nuestra lengua!" Otros estaban sorprendidos y se preguntaban qué estaba pasando.
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Entonces, uno de los discípulos llamado Pedro, se puso de pie y habló con valentía a la multitud. Explicó que lo que estaban viendo y escuchando era un regalo especial de Dios: el Espíritu Santo. Pedro les habló sobre Jesús, su amor y su sacrificio por todos nosotros.
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Muchas personas en la multitud se conmovieron profundamente por las palabras de Pedro y creyeron en Jesús en sus corazones. Fue un día de gran alegría y transformación. Más de tres mil personas se unieron a la comunidad de creyentes ese día.
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El Espíritu Santo había llegado para guiar, fortalecer y dar poder a los seguidores de Jesús. Les dio el coraje de compartir el mensaje de amor y salvación con el mundo entero.
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