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Una noche, mientras Pablo intentaba conciliar el sueño, escuchó un suave susurro que venía de abajo. Parecía que algo lo llamaba desde el mundo bajo la cama. Pablo, armado de valor, se deslizó de la cama y se arrodilló en el suelo. Al levantar la colcha, descubrió un agujero mágico que lo llevó a un lugar extraordinario.
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El mundo bajo la cama era un lugar lleno de maravillas y aventuras. Había bosques encantados donde los árboles hablaban, ríos de chocolate y montañas de caramelos. Criaturas mágicas como duendes, hadas y dragones amigables paseaban por este mundo misterioso.
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Pablo conoció a un duende llamado Lino, que lo llevó en un paseo por el bosque. Juntos, recogieron flores brillantes y compartieron historias. Luego, una hada llamada Aurora le enseñó a volar con alas de cristal. Pablo se elevó en el aire, riendo y disfrutando de la sensación de la libertad.
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Pablo también hizo un nuevo amigo, un dragón llamado Draco, que lo llevó a dar un paseo emocionante por los cielos estrellados. Mientras volaban entre las nubes, vieron constelaciones mágicas y meteoritos que brillaban como fuegos artificiales.
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A medida que exploraba el mundo bajo la cama, Pablo descubrió que este lugar estaba lleno de tesoros y secretos. Encontró una puerta dorada que lo llevó a un reino submarino habitado por peces parlantes y corales brillantes. También descubrió una cueva misteriosa llena de libros que contenían historias por contar.
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Pero lo más sorprendente de todo fue que Pablo se dio cuenta de que en este mundo, sus miedos habían desaparecido por completo. Ya no temía la oscuridad ni lo que pudiera esconderse bajo su cama, porque había descubierto que lo desconocido podía ser hermoso y emocionante.
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Pasaron muchas noches, y cada vez que Pablo regresaba a su cama, lo hacía con una sonrisa en el rostro y un corazón lleno de aventuras. Compartía sus experiencias con su familia, pero nadie más parecía poder ver el mundo bajo la cama. Aunque al principio lo miraron con incredulidad, pronto comprendieron que para Pablo, este mundo era muy real.
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Con el tiempo, Pablo continuó visitando el mundo bajo la cama cada noche, creciendo y aprendiendo con cada aventura. Se convirtió en un niño valiente y confiado que no tenía miedo de la oscuridad ni de lo desconocido. Su historia se convirtió en una leyenda en su pequeña casa, y sus sueños se convirtieron en inspiración para todos los niños que alguna vez sintieron miedo en la oscuridad.
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Y así, el mundo bajo la cama se convirtió en un recordatorio de que a veces, enfrentar nuestros miedos y explorar lo desconocido puede llevarnos a las aventuras más maravillosas y reveladoras de la vida. Pablo siguió visitando su mundo secreto durante muchos años, y su historia continuó inspirando a generaciones de soñadores valientes.
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