Hace muchos, muchos años, en una pequeña ciudad llamada Belén, había una noche especial. El cielo estaba lleno de estrellas brillantes, y en un humilde pesebre, en un establo, algo asombroso estaba a punto de suceder.
\n\n
En Belén vivía una joven llamada María y su esposo José. María era una mujer amable y pura de corazón, y José era un hombre bueno y justo. Un día, un ángel del Señor apareció ante María y le dijo que sería la madre de un niño especial, el Hijo de Dios. María aceptó con gratitud la bendición de Dios y esperó ansiosamente la llegada del bebé.
\n\n
Pero ese año, el emperador César Augusto decretó que todas las personas debían registrarse en su ciudad de origen. Así que, María y José, quienes eran de la ciudad de Belén, se vieron obligados a hacer un largo viaje a pie hasta allí. María estaba embarazada, y el viaje no era fácil.
\n\n
Cuando llegaron a Belén, encontraron que la ciudad estaba llena de personas que también habían venido para registrarse. No había lugar disponible en las posadas, y María y José se vieron obligados a buscar refugio en un humilde establo.
\n\n
Esa noche, en ese sencillo establo, María dio a luz a su bebé, a quien llamaron Jesús, tal como el ángel les había dicho. Lo envolvieron en pañales y lo acostaron en un pesebre, donde los animales comían su comida.
\n\n
En esa misma noche, en las colinas cercanas, había unos pastores que cuidaban sus rebaños. De repente, un ángel del Señor apareció ante ellos, rodeado de una luz brillante. Los pastores se asustaron, pero el ángel les dijo: "No teman, les traigo buenas noticias de gran alegría. Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor".
- Comentar en Blogger
- Comentar en Facebook
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada
(
Atom
)
0 comentarios:
Publicar un comentario